La lengua de las mariposas cumple la estructura clásica del género narrativo. Se nos cuenta la historia de Moncho, un niño que tiene un vínculo muy especial con la educación. Este personaje es el protagonista del cuento, ya que toda la historia gira en torno a él.
El tema principal de este cuento es la educación, si bien está enmarcada en un contexto de guerra, el eje de la historia es el vínculo afectivo entre un alumno y su maestro, y el lazo que se establece permite un efectivo proceso de aprendizaje.
En cuanto a la forma de ser narrada la historia, es con un tono ingenuo, parece que Moncho está a nuestro lado susurrando su niñez. El cuento es realista y contemporáneo.
El vínculo entre el niño y el maestro es un símbolo del vínculo que hay entre todo niño/maestro. El profesor viene a derribar todo lo que a Moncho le habían dicho que era la escuela (el prejuicio que tiene el niño), un lugar terrible, donde el sufrimiento y el dolor estaban a flor de piel, y donde ningún niño quería ir.
El cuento es un planteo extendido, hay mucha armonía en el acontecer de los hechos, hasta el final de la historia. Recién ahí se muestra el conflicto. Es un conflicto externo, es decir que el problema viene de afuera y repercute en el ámbito interno de la familia. El problema (La guerra civil española) se da cuando llegan los franquistas a llevarse a los republicanos. Es al final de la historia donde se hace visible la presencia de la guerra y el dolor.
El conflicto externo provoca un conflicto interno, y en el enfrentamiento a este conflicto interno vemos quienes son los héroes y antihéroes de la historia. La madre de Moncho, que nunca fue republicana militante, incita a su familia a esconder sus creencias. La actitud que nos sorprende como lectores, es la del padre, quien luchaba codo a codo con hombres a los que luego despide y condena entre insultos. El miedo y la cobardía destruyen su fuerza política y su figura de padre, porque el niño ve, frente a frente, la hipocresía.
Es al final de la historia cuando vemos que prevalece el acto educativo, porque el niño le grita al profesor las palabras que aprendió con él; no puede insultarlo. Es muy significativo. No solo muestra que lo quiere al maestro, sino que muestra que el cariño que tienen lo llevó a que realmente aprenda, y que se despertara la curiosidad y el amor por aprender.
También se hace visible el mensaje político: que están tomando prisionero a un buen maestro, que supo enseñar valores y contenidos, y que no adoctrinaba a los niños, sino que va preso solo por su ideología política. Se están llevando preso al único maestro que logró que Moncho supere su miedo a la escuela. De hecho nos queda incluso la duda, porque la única faceta que conocemos del Sapo -como le dice Moncho- es la de educador, en ningún momento hay alusiones políticas en torno a él. Se condena a una persona por su profesión, incluso por encima de sus ideologías.
Queda visible, además, como un conflicto político puede cambiar totalmente el comportamiento y las estructuras de una sociedad.
Podemos decir que el maestro es un héroe porque lleva a cabo una hazaña extraordinaria que es cambiar la mirada de un niño acerca de la educación, y también es un mártir porque es condenado por defender sus ideales. Sin embargo, Manuel Rivas también nos quiere mostrar que es una persona corriente, que cualquiera puede ser ese maestro, y que cualquiera fue ese niño.
El título es simbólico. Habla de uno de los temas que más despertó curiosidad en el niño, que es que las mariposas tienen lengua. Nos da a entender que la educación es evidentemente el tema central del cuento, pero también nos puede hacer pensar en el lenguaje de lo bello: en el cuento las personas se comunican y luego se traicionan a través del lenguaje y, principalmente, el lenguaje afectivo es lo que impide la traición de Moncho hacia el maestro, quien es incapaz de profesar un insulto y, en cambio, dice las palabras que el maestro le enseñó.
Prof. Emily Cabrera M