Contexto literario: Modernismo
El Modernismo es un movimiento artístico autóctono de Latinoamérica. Este nace de la mano de Rubén Darío, en 1888, con la publicación de su libro “Azul”. Si bien el autor afirma que él no fue el creador del movimiento, lo cierto es que ha sido quien lo propulsó, y un gran referente para los escritores de la época.
El Modernismo puede definirse como la aristocracia de las letras, esta afirmación no solo la realizan los estudiosos de la literatura, sino que también los propios escritores de la época. El principal planteo dentro de este movimiento era que la pieza literaria es igual a una joya, y el escritor es un orfebre. Esta comparación se hace con el fin de dar a entender al público cuán perfectible es ese texto, y cuánta dedicación minuciosa ha de tener el escritor que trabaja en él.
No hay lugar a dudas de que el Modernismo lo que buscó fue establecer sus propias reglas literarias y también elegir a quienes iban a formar parte de este movimiento, el grupo era selecto, no todos lograban ceñirse a las exigencias ni hablar el lenguaje del Modernismo.
Los escritores de la generación del 900 compartieron una experiencia común, y fue justamente el Modernismo. Vivieron y celebraron este movimiento con todo lo que implica y reflejaron en los textos su huella.
Características del Modernismo
→ Torremarfilismo: como lo indica esta palabra, creada por ellos, una torre de marfil es un lugar inalcanzable, sumamente costoso (el marfil es un material de mucho valor), así como también nos habla de la posición en la que se encuentran los escritores. Están en lo alto, lejanos a la sociedad común, y cercanos entre ellos, compartiendo su talento. Así también podemos afirmar que sus textos muchas veces eran poco alcanzables y complejos ya que el lenguaje también resultaba ser de élite, entenderlos, era pertenecer a ese círculo intelectual.
Pero también nos habla de la evasión, de sentirse totalmente incomprendidos por la sociedad, lo que los lleva a esta reclusión sobrevalorada.
→ Simbología de los colores: Algunos colores cobran cierta importancia en sus obras, por ejemplo, el azul (símbolo de lo infinito, lo profundo, lo eterno), el blanco (símbolo de pureza, pulcritud, elegancia).
→ Creación de neologismos: un neologismo es una palabra inventada, los modernistas muchas veces utilizaban su propio lenguaje para transmitir emociones y conceptos que resultan inefables por sí mismos. Esto motiva e invita al lector activo a que participe del texto, reflexione y cree, pero también puede alejar a un lector pasivo que necesita recibir del escritor la pureza del texto.
→ Utilización de metáforas complejas: Los símbolos utilizados, las asociaciones de palabras y las imágenes que provocan los textos modernistas debían ser complejos e intrincados. De difícil entendimiento. Esto eleva la calidad del texto y provoca un sentimiento único en el lector.
→ Cosmopolitismo: Absorber las culturas de las grandes ciudades, ser un nómade cultural, demostrar también el conocimiento del mundo a través de textos donde se deja ver la pluriculturalidad, enriquecerse del otro y negar la endogamia. Todo esto es parte de esta característica tan importante que conecta al Modernismo con el mundo artístico.
→ Retorno a la cultura grecolatina: se utilizan elementos mitológicos tanto de Grecia como de Roma en sus obras, siendo de culto, renovando los clásicos y, de alguna forma, segmentando al público ya que quien no conoce la vasta cultura antigua, no podrá entender las obras modernistas.
→ Símbolos específicos: por ejemplo, el cisne. En el Modernismo se utilizan figuras simbólicas que son entendidas por los escritores y tienen múltiples y ambiguos significados para los lectores. Un elemento común para los poetas es el del cisne. Este animal conjuga la elegancia, la maldad, la incógnita (su cuello emula un signo de pregunta), la pureza, el amor, el erotismo, el enigma. Depende en qué contexto se ha usado, el significado que se le puede otorgar.
Los temas en el Modernismo se refieren muchas veces al amor, al erotismo, la figura de la mujer como objeto de deseo pero también algunas mujeres como protagonistas de sus palabras y acciones, la incógnita, el enigma, la duda sobre el ser, revivir elementos mitológicos que le dan un simbolismo especial al texto, la noche, se escriben muchos poemas llamados “Nocturnos”, la naturaleza en consonancia con el humano, y la profunda admiración por París.